Juntos, hombres y mujeres tenemos la noble tarea de recomponer el camino y poner nuestra atención en lo esencial: el amor.
Y somos las mujeres las llamadas a liderar los cambios, primero en nuestra vida personal; poder estar en paz con nosotras mismas y en coherencia con nuestros sentimientos.
El empoderamiento de las mujeres consiste en tomar las riendas de la vida con seguridad, optimismo y entusiasmo, plenamente conscientes de lo que hacemos y para qué lo hacemos.
Debemos aprender a resolver las dificultades que provienen de nuestras propias decisiones o las decisiones de otros y dejar fluir la vida sin apegos ni miedos.
Estar medicadas o en permanente terapia nos hace vulnerables, inseguras y nos adormece; en vez de disfrutar la vida, pareciera como si apenas la aguantamos.
En este cambio de conciencia que está experimentando la humanidad, somos las mujeres las que con nuestra dulzura y sabiduría podemos llevar de la mano a los hombres, en lugar de estar en conflicto constante con ellos.
Como madres, compañeras, hijas, jefas, empleadas, patronas, maestras, psicólogas, consejeras, amigas y tantos otros roles, nosotras influimos directamente en la conciencia de los hombres.
Es hora de deshacernos del papel de victimas o heroínas y hacer uso de nuestra razón, pero sobre todo de nuestro corazón, para ocupar con dignidad y alegría nuestro lugar original en esta hermosa creación que llamamos vida.
Todo está cambiando para bien, sólo tenemos que elegir el camino correcto, conectarnos con la fuerza suprema del universo y descubrir para qué estamos aquí y ahora.
"La intuición de una mujer
es más precisa que la certeza
de un hombre"
Ruyard Kipling