El salto cuántico
Hoy, desde el punto de vista de las leyes humanas, las mujeres tenemos asegurada nuestra participación en todos los sistemas, solo nos falta atender a las leyes divinas y reconocer que este es nuestro tiempo.
Nunca antes la mujer gozó de tantas libertades, al menos en nuestra cultura occidental y es algo que podríamos mirar con mayor detenimiento.
Las mujeres iberoamericanas tenemos el privilegio de no estar sometidas a sistemas políticos y religiosos basados en la negación de la mujer como sucede en culturas orientales y tampoco estamos en la cultura del libertinaje anglosajón.
Nosotras, como producto viviente de las portuguesas y españolas que se mezclaron con indios y africanos, tenemos más corazón, más fe y más osadía, como aquellas reinas que arriesgaron sus joyas por los navegantes...
No tenemos que llevar falda hasta los tobillos o burka y tampoco nos convencen los modelos feminazis; la mayoría de nosotras mantenemos el deseo de ser madres y armar una familia, como se demuestra demográficamente en nuestra región.
Nos falta dar el salto cuántico hacia el empoderamiento pleno y asumir sin miedo nuestro papel en este momento crucial para la humanidad.
En los últimos cien años cambiaron todas las costumbres; la mujer por fin salió de la cocina y los pañales y sin dejar a un lado sus ganas de tener hijos y marido, se las arregló para entrar en el mundo académico y laboral.
El costo lo han pagado dos o tres generaciones de mujeres que se vieron superadas por el desafío y muchas se quedaron por el camino, solas con hijos, con marido y sin trabajo, enfermas con trabajo y sin marido, sanas con hijos adictos...
Ha sido un proceso complejo que de a poco va tomando forma, especialmente porque ya venimos de regreso, y nos estamos dando cuenta de que la felicidad no está en los hijos, el marido o el trabajo, sino en nosotras, con o sin hijos, con o sin marido, con o sin trabajo.
Y si somos felices, podemos dar rienda suelta a nuestros talentos, esos que la naturaleza nos dió para estar en este mundo y a los que siendo fieles, nos recompensan.
Cada mujer en su campo de acción es un agente de cambio, tiene el PODER de transformar...
Educación, educación, educación, que no se refiere a estudios formales en ninguna parte, sino a sacar la SABIDURÍA interior, a conocernos bien y ser auténticas, actuando desde el corazón y no desde la conveniencia.
"Es imposible...
tener ánimo para cosas grandes,
quien no entiende
que está favorecido por Dios"
Santa Teresa de Jesús
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