¿Qué es el Coaching Holístico?

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  Si hacemos conciencia de que el cuerpo es la materialización del alma, vamos a poder interpretar cada síntoma como aquella alarma interna ...

viernes, 14 de noviembre de 2014

La auténtica mujer

Sería maravilloso que cada una pueda manifestar su propio modelo de mujer; que podamos liberarnos de esos estereotipos de mujeres que vende la publicidad, la gata hasta los 30 y de ahí para adelante la mujer que limpia, recomienda limpiadores y atiende a su familia con una sonrisa.

Nada más alejado de la realidad, no sabemos bien cómo ser tan 'gatas' y no nos gusta limpiar, no es cierto que lo hagamos llenas de amor, por eso se inventan súper héroes que salen de los envases del líquido antigrasa, para que nos sintamos menos solas y pensemos que ese muñeco es el que limpia cuando en realidad somos nosotras las que fregamos y lavamos todo lo que podemos.

Sin darnos cuenta, muchas veces actuamos presionadas para satisfacer esos modelos que pululan en la publicidad hecha en su mayoría por hombres y que tiene dos prototipos básicos:  la mujer que hace lo que sea por estar bella y deseada y la que hace lo que sea por complacer a su familia, eso sí,  en una casa desinfectada y brillante, no importa si en el medio tenemos que operarnos, caminar en agujas, parir, dar leche y trabajar en la casa antes y después de ir la oficina, sin descuidar a los niños.

No obstante, no planteo un debate sexista, todo lo contrario, soy partidaria de dignificar tanto el papel del hombre como el de la mujer, y en ese que nos corresponde, tener plena libertad de expresar lo que cada una sea y viene a ser.

Los hombres también son presionados para llegar al modelo del seductor, atlético, ejecutivo, millonario y algo muy importante, tener reloj caro y no ser calvo. El otro modelo de hombre es el bárbaro barrigón que se la pasa viendo tele o reunido con los amigos. Será por eso que hay tanta frustración entre muchos hombres que no quieren ser el galán ni el amigote futbolero. 

No debería existir la igualdad de sexos sino la dignidad de sexos, a lo mejor desde ese lugar pudiéramos verdaderamente complementarnos.

Las mujeres si somos más débiles que el hombre, estamos hechas para tareas livianas, nos quebramos más fácilmente y tenemos capacidades distintas a las de los hombres. 

La auténtica mujer es la que surge espontáneamente desde el alma; aquella que puede ser y hacer lo que quiera sin miedo a ser considerada pervertida y sin presión para que siempre parezca una santa, una 'buena' mujer, sino que lo sea realmente, como pueda, sin una tabla que la mida, como le salga.

Debemos comenzar por dejar de criticarnos y juzgarnos entre nosotras, más bien apoyar que cada una y todas, se animen a ser lo que quieran. 

El mayor enemigo de la mujer no es el hombre, es su propio miedo a ser auténtica.

"Quien es auténtico, 
asume la responsabilidad 
por ser lo que es 
y se reconoce libre 
de ser lo que es"
Jean Paul Sartre
Filósofo y escritor francés
1905 - 1980

martes, 4 de noviembre de 2014

El proceso de despertar

Despertar significa abrir los ojos, estar consciente, asumir la propia existencia. 

Al despertar, puede que haya un día muy soleado, en el que todo brilla para nosotros pero también puede haber un día gris; lo importante es ver el día como otra oportunidad para avanzar en el camino. 

Saber que se puede trazar la ruta que uno quiere, la que a uno le gusta, no aquella que se deja imponer o la que cree que le "toca" vivir. Si hay sol conviene no dejarse deslumbrar y si hay tormenta, lo mejor será abrir un paraguas. 

Ese famoso despertar puede ser un proceso complejo porque hay que vencer la pereza, igual que cuando tenemos que salir de la comodidad de la cama para cumplir con los deberes, con lluvia o con sol.

No obstante, la pereza es un buen indicador; si nos cuesta despertar, quizás en el fondo tenemos miedo de enfrentar nuestro potencial de cambio y también nos aterra descubrir que no sabemos a dónde ir, que no hemos trazado un plan o que nos quedamos con el plan que trazamos hace varios años en  el que nos perdimos caminando sin sentido o sin entusiasmo.

Cada cual tiene el privilegio de trazar su camino como le plazca, como le indique su corazón y puede cambiar de ruta las veces que quiera, tantas como necesite hasta sentirse pleno.

El entorno nos vende una idea equivocada de la vida, nos sume en la resignación y la culpa, en el miedo, y es de allí de donde debemos salir si queremos un verdadero despertar.

Es prioritario asomarse a la ventana y ver el mundo para entender que todo es ilusión, todo lo que tu mente crea y lo que tu corazón cree es lo que aceptas como realidad. Pero la realidad no es la misma para todos, existe para cada cual; cada cual fabrica su mundo, su realidad, cada quien elige con quien caminar y por dónde caminar. 

Afuera nadie es más feliz o menos feliz que tú, afuera cada cual está en algún momento de la vida, unos dormidos, otros despiertos y puedes estar tú, para elegir si sigues durmiendo o te despiertas a transformar tu realidad. 

Lo importante es despertar; no importa la edad, despertar y llenarse de la fuerza que viene del amor. Amor universal, amor propio, amor de quienes te han amado, amor de quienes te amarán. 

Despertar es un proceso personal, a unos los sacuden las tragedias y a otros la vanidad; quizás a unos les brilla la abundancia y a otros los ahoga la soledad. 

Son muchos y muy variados los despertadores que tiene Dios para sacudirnos, la clave es reconocer a tiempo la chicharra y saltar del sueño de la desesperanza para salir a recorrer el camino sin miedo, como venga, con lo que traiga cada día.

No hay una única ruta, no existe un único despertar, solo hay que estar atentos a los sentimientos y una vez aparezca el inconformismo o la frustración, entender que está sonando algún tipo de despertador y levantarse con fuerza y con fe.