Deben ser incontables las veces que este ángel nos ha salvado de peligros que ni siquiera advertimos. También, deben ser muchos los momentos en que se quedó esperando que le pidamos ayuda.
No es una fantasía de la infancia ni un cuento para que nos portemos bien. El ángel de la guarda está a nuestro lado y su trabajo precisamente consiste en acompañarnos en todo momento, pero lo olvidamos al crecer. Quizás nuestra falta de humildad y no entender del todo cómo funciona el mundo espiritual, nos hacen creer que logramos todo por cuenta propia.
El ángel te dará respuestas, ideas, te llevará a pensar en cosas que no habías pensado antes y te mostrará personas, caminos, oportunidades.
Sobre todo, el ángel de la guarda te abrigará en los momentos de soledad.
Despierta y aprovecha la presencia de tu ángel de la guarda; no te dejes confundir por otros seres del mundo espiritual y del mundo material que se hacen pasar por buenos.
El verdadero ángel de la guarda no pide que hagas nada ni te critica; si tus pensamientos te están llevando en esa dirección entonces lo que tienes por compañía es un demonio.
Y los demonios vienen cuando en nuestro interior hay disonancia, hay incoherencia, hay cuentas pendientes que nos llevan al desequilibrio y atraen esa misma vibración de angustia.
Para conectarte con tu ángel de la guarda y atraer a tu vida seres espirituales y físicos de buen corazón, simplemente debes estar en equilibrio interno, resolver tus conflictos emocionales, darles solución en vez de acostumbrarte a vivir con ellos.
mi dulce compañia
no me desampares
ni de noche ni de día".
