El trillado empoderamiento femenino no consiste en que te defiendas de todo y de todos ni que caigas en la trampa de rivalizar con los hombres o convertirte en mártir o heroína.
Aquí te proponemos un empoderamiento espiritual, el reconocimiento de tu espíritu femenino para que despliegues en forma consciente poderes como la intuición, la visualización y la creación y los pongas al servicio de TU MISIÓN, aquello que viniste a hacer en este mundo, en este tiempo y durante el tiempo que permanezcas aquí.
Y si aún no descubres tu misión, entonces te proponemos que inicies un camino de autoconocimiento, que unas las piezas de tu propio rompecabezas y atiendas las señales del cielo que todo el tiempo aparecen en tu camino y que por andar distraída no las ves o no las entiendes.
En primer lugar está tu nombre y tus apellidos, ahí tienes la primera pista de tus antiguas vidas y el linaje del que vienes.
Luego están tus talentos naturales, ni tu profesión, ni títulos, cargos o estudios, sino tus DESTREZAS y tus INTERESES. Esas habilidades innatas que a lo mejor quedaron anuladas porque debías elegir una carrera rentable en vez de vivir de lo que te gusta.
Entre esas destrezas naturales se encuentran la habilidad para hablar en público, escribir, dibujar, bailar, tocar un instrumento, cantar y las más comunes en la gran mayoría de las mujeres: enseñar y curar.
Somos sanadoras por naturaleza y venimos con todas las herramientas para cuidar y enseñar, pero esos dones se activan cuando el espíritu está conectado más arriba, fuera del mundanal ruido y somos capaces de dejar a un lado las máscaras que empleamos para sobrevivir.
Si caiste en el arquetipo de la víctima y todo el tiempo te quejas o en el de la super heroína y estás salvando siempre la situación, deja a un lado tu capa o tu látigo, deja de flagelarte y dedicate a explorar y perfeccionar tus talentos porque todo lo demás es efímero y puede perderse por el camino, como las personas, los vínculos y las relaciones.
Solo aquello en lo que pones tu capacidad intelectual y tus habilidades físicas te va a llevar a un lugar digno y estable, tu propio mundo; ese que solo tú gobiernas y desde donde puedes realizar todos tus sueños.
