Las enfermedades y las dificultades son manifestaciones del proceso interior de despertar; es un llamado del Cosmos a ser conscientes del significado que le estamos dando a la vida y una oportunidad de CAMBIO.
Una enfermedad es una especie de "campanazo" para que reaccionemos y nos hagamos cargo de nuestro destino como individuos y como humanidad, teniendo la certeza de estar asistidos y guiados por seres invisibles con los que podemos conectar cuando tenemos en paz el corazón. Cada uno tiene su Ángel de la Guarda pero pocos le piden ayuda.
La nueva humanidad que está surgiendo la conforman los nuevos seres que están naciendo llenos de amor y los viejos seres que tendremos que elegir si seguir por el camino del egoísmo y el materialismo desbordado o si vamos a reconocer de manera consciente nuestra dimensión espiritual y vamos a cambiar nuestros comportamientos.
Es un momento de integración y de verdad en el que debemos ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Especialmente debemos enfocar todo nuestro potencial en HACER EL BIEN desde los talentos naturales que traemos. Entender que vinimos a SERVIR, AMAR y CREAR con desinterés y alegría; todo lo que esté por fuera de esas intenciones no va a sobrevivir en este tiempo.
Ya pasó el tiempo de halagar a Dios rezando, hay que halagarlo actuando con sinceridad en el corazón, trabajando en lo que verdaderamente nos gusta, estando con las personas que amamos dejando a un lado los intereses mezquinos.
Es imperativo rectificar el camino, reconciliarnos, perdonar y ver en los demás y en nuestro entorno, únicamente lo bueno, así podremos entrar en la vibración del amor incondicional.
Significa dejar la queja constante y sobre todo vencer y transformar los miedos. Somos transeúntes de este planeta y en este viaje vinimos a transformar desde el amor, el terror corresponde a seres de antigua vibración que aprendieron a partir del miedo.
Hoy el ser humano está incorporando en su campo energético la vibración de los cristales que guardan la información genuina de nuestra esencia divina y pura.
La sanación de ésta época no es física, es emocional; consiste en sacar de nuestra vida todas las emociones negativas como odio, rencor, tristeza, desesperanza, angustia, frustración y en síntesis todo el dolor acumulado en el alma. No es tiempo de distraerse con el cuerpo físico y escanear las células, es tiempo de ver el alma y reconocer allí las heridas para poder sanarlas.
Aprovecha la ducha diaria, piensa que estás debajo del agua divina que limpia todas las tristezas y arrastra los malos sentimientos. Después, asegúrate de pensar y hablar bien de los demás, de ayudar al prójimo y sobre todo, de usar los talentos naturales que tienes para hacer un trabajo honrado.
Recibirás señales increíbles y pruebas de que si estás acompañada por seres superiores que no se pueden ver con estos ojos físicos pero que siempre están ahí para abrir caminos a quienes decidan salir del pozo del miedo para entrar en la vibración del amor.
