- Conciencia
- Fe
- Dedicación
La conciencia no es esa falsa preocupación externa por causas sociales o ambientales; la conciencia es el lugar más íntimo de nuestro ser, allí donde no podemos decirnos mentiras y sabemos perfectamente nuestras limitaciones y nuestras posibilidades.
Ese sería el primer paso para crear la realidad que soñamos, saber qué somos. Si descubrimos que somos un ser de agua nos va a costar mucho esfuerzo volar, del mismo modo que a un ser de metal le va a costar derretirse.
Una de las herramientas sorprendentes y muy acertadas para comprender la naturaleza de nuestro ser es el Horóscopo Chino que según tu fecha de nacimiento, te indica cuál de los doce animales que fueron llamados por Buda es el que ejerce influencia y de qué elemento estás hecho, si agua, fuego, tierra, aire o metal. Curiosamente a Jesús lo siguieron doce apóstoles y también cada uno representa una manera de ser; está Judas el traidor y Pedro el que lo niega. Para quienes así lo prefieran están los signos del zodíaco, también con doce perfiles.
Una vez reconocida tu naturaleza y por lo tanto tus limitaciones, lo siguiente es asumir el ciclo de la vida en el que te encuentras, especialmente admitir que todo lo que estás viviendo hoy es una consecuencia de lo que planeaste o dejaste de planear en el pasado. Por supuesto que están los eventos fortuitos, esos que aparentemente no gestionaste, no obstante, si de verdad quieres ir hacia la plena conciencia, entonces es mejor aceptar que todo lo que ha pasado en tu vida ha sido tu creación y que si en el pasado estuviste distraída y dejaste semejante tema en manos de otro, hoy tienes la oportunidad de retomar el camino y comenzar a crear de manera CONSCIENTE, todo lo que quieras.
El segundo factor crítico para crear el futuro es la FE, esa capacidad de creer en lo que no vemos, que es todo lo contrario de creer a ciegas. La fe se relaciona mucho con la capacidad creativa, con poder ver en tu mente lo que quieres y de contar con ayuditas de otros planos, entidades, seres, espíritus o almas que están en otro lugar y que te echan una mano. La religión católica es especialmente abundante en santos especializados en diversos temas; tienes a San Expedito para las causas judiciales, San Rafael para asuntos de salud, San Jorge para que te acompañe, la Madre María protectora incondicional y al que todo lo puede, Jesús. El tema es que si todo esto te parece una fábula o fanatismo, no te va a servir de nada que existan ayudas espirituales. En ese caso podrías intentar pedirle directamente al universo o a Dios mismo, quien sabe, a lo mejor te sorprende y te contesta.
Lo importante es que te des la oportunidad de ver más allá de lo físico y les des cabida a lo metafísico que no necesariamente es paranormal o misterioso. Para eso sirve la meditación, para que te propongas establecer en qué crees y de qué te sirve creer en eso. En este paso hay mucho por estudiar de tu dimensión espiritual.
Por último, se requiere dedicación para crear el futuro; es decir, tiempo, energía y atención, mucha atención para detectar a tiempo las señales y saber hacia dónde remar. Muchas veces vamos a contra corriente y no nos hemos dado cuenta de que estamos desperdiciando energía en una relación que se marchitó, en un trabajo que hace rato dejó de ser desafiante y hasta una casa que ya no tiene ningún estímulo. En esa dedicación, es importante la toma de decisiones sobre la marcha, por eso no te puedes distraer mirando la vida de otros, debes enfocarte en la tuya, en tus posibilidades, tu esencia, el ciclo de vida en el que te encuentras y dedicarte con todo tu corazón a lograr lo que sueñas.
Entonces manos a la obra a crear un 2023 pleno de amor y prosperidad, en el que vivas todo lo que quieras vivir y tengas todo cuanto quieras tener. Y si algo de eso no se da, debe ser que no forma parte de tu naturaleza, no es el momento o sencillamente del otro lado te están tratando de enviar una señal para que veas más allá.
¡Feliz 2023!
