¿Qué es el Coaching Holístico?

Informedades

  Si hacemos conciencia de que el cuerpo es la materialización del alma, vamos a poder interpretar cada síntoma como aquella alarma interna ...

domingo, 31 de agosto de 2014

Entender el pasado

Un serio obstáculo para la felicidad es quedarnos en épocas pasadas. Gastar tiempo y energía en repasar una y otra vez las imágenes de cuando tuvimos lo que sea: pareja, dinero, compañía, trabajo, amigos que en síntesis es una atmósfera que nos proporcionaba algún tipo de seguridad y confianza.


Tomar la foto aquí y ahora de nuestra vida nos ayuda a definir un punto de partida y ojalá lo podamos hacer con total sinceridad, sin amargura y sin auto castigo.

"Lo que pasó, pasó", como dice la canción, y lo bueno siempre está por venir, si tienes ganas. El futuro no está escrito, lo vamos garabateando con cada pensamiento, con cada acción, de ahí la importancia de trazar un plan, y trazarlo con un objetivo y un tiempo específicos.

Más que soltar el pasado, la propuesta es identificar los aprendizajes que nos deja nuestra propia historia, porque los eventos importantes de alguna manera se repiten en forma cíclica. Esos asuntos que no cerramos, esas despedidas que nunca se dieron, esos pasos que dibujamos pero que no dimos, también pueden ser la clave para entender lo que el presente nos ofrece y en el fondo busca nuestro corazón.

Si logramos ver el pasado sin calificarlo de malo o bueno, sino como un camino recorrido, podremos ver los obstáculos que pudimos superar y los sueños que dejamos abandonados.

No siempre  revisar el pasado es un proceso placentero, nos gusta engañarnos, no asumimos con tranquilidad los errores propios y ajenos, es indispensable traer mucha COMPASIÓN y COMPRENSIÓN para entender que como humanos todos nos equivocamos y que cada día nace una nueva oportunidad para hacer las cosas de una manera diferente.

Mirar por el retrovisor es útil para ver lo que dejamos atrás y llenarnos de seguridad para enfrentar lo que venga; lo importante es no quedarnos con la vista fija en el retrovisor sino en nuestra voluntad, en nuestra capacidad de decidir en todo momento cómo y por dónde continuar.
"Deberíamos usar el pasado 
como trampolín 
y no como sofá"
Harold MacMillan
(1894 - 1986)
Político inglés

Además de revisar el pasado personal, también podemos echar un vistazo a nuestra propia historia como mujeres latinoamericanas, marcada por la invisibilidad y el anhelo constante de querer participar desde un lugar digno en los procesos sociales. 

jueves, 28 de agosto de 2014

Despertar de conciencia

Somos mujeres del siglo XXI tratando de asimilar el resultado de la supuesta liberación que fraguaron nuestras abuelas. 

El resultado es positivo si consideramos que hemos avanzado en algunos terrenos como la capacitación, el desarrollo profesional y el desempeño en espacios que antes eran exclusivos para hombres. No obstante, ahora nos esforzamos el triple y obtenemos la mitad; la mitad de los bienes si el abogado estaba de nuestra parte, la mitad de la vida si aprendimos a decir adiós a tiempo, la mitad de posibilidades de conseguir una nueva pareja y la mitad de las ilusiones que terminamos tragándonos.

Es hora de alcanzar nuestro ciento por ciento en todo, sin quitarle nada a nadie; simplemente expandiendo nuestra conciencia, abriendo bien los ojos para tomar sin permiso lo que nos corresponde y dar sin limites todo lo que queremos.

Es urgente erradicar la envidia de nuestras relaciones de género y sustituirla por la cooperación. Los hombres se contratan entre sí, se dan premios entre sí, se elogian entre si; las mujeres seguimos apretando los dientes cuando otras consiguen algo que creemos que es mejor o que no se merecían.

Estamos en el inicio de la Era del poder femenino que no consiste en dominar al hombre, sino en recuperar la dignidad de nuestro mundo; un mundo que sostiene al mundo.

Hoy podemos elegir ser o no madres, ser o no esposas, ser o no maniquíes para satisfacer los códigos de  belleza que impone la cultura del consumo. También podemos elegir ser o no FELICES, porque la felicidad es una decisión y se necesita claridad y fuerza para tomar decisiones.

Basta de acostumbrarnos a la enfermedad y al sufrimiento; basta de sacrificios para todo. Existe un camino para alcanzar plenitud emocional y se llama despertar de conciencia.

Elige la ruta que quieras para abrir tu conciencia desde lo más profundo de tu espíritu y conéctate con la fuerza del universo para vencer todos los miedos; sólo son sombras para confundirte.

Traza el plan que quieras para tu vida teniendo como único faro la luz de tu corazón; permítete probar y equivocarte, comenzar y recomenzar. La vida es una sucesión de oportunidades por descubrir; no te apagues frente al primer obstáculo ni te quedes aceptando el sufrimiento pensando que estás pagando un karma.

Vamos del aprendizaje a la realización y de la realización al aprendizaje; son ciclos de tres años que se alternan las distintas estaciones. Prepárate para las pérdidas cuando llegue el Otoño; llora todo lo que quieras cuando aparezca el Invierno; disfruta de la energía creadora que te trae el Verano y por último gózate el colorido de la Primavera. Luego todo vuelve a comenzar, una y otra vez, en la danza maravillosa de los ciclos.

Nadie nos castiga, nadie nos premia; lo que obtenemos es el resultado de lo que forjamos cuando amamos con el corazón. 

"La conciencia es la presencia de Dios 
en el hombre"
Victor Hugo




 

martes, 5 de agosto de 2014

Los ciclos de la vida

La vida es movimiento; nada permanece estático en el universo ni en nuestro mundo particular; cada día nuestras células van cambiando según el ritmo de nuestra energia. Todo alrededor se mueve, unas cosas más rápido que otras y unas de manera más visible que otras. 

Tenemos funciones automatizadas como el latido del corazón y la respiración que son fundamentales para nuestra supervivencia y nuestro crecimiento, sin embargo tenemos muy poca conciencia de estos dos reguladores naturales que están alineados con la vibración del universo pero que también pueden ser alterados cuando se alteran nuestras emociones.

Pretender que las cosas no cambien o que cambien de un momento para otro es desconocer los procesos de nuestra propia naturaleza y los ciclos de la existencia humana: nacer, crecer, madurar, envejecer y morir.

En cada ciclo de la vida asumimos un rol o varios al mismo tiempo; somos hijos, padres, hermanos, jefes, colaboradores, vecinos, amigos, enemigos. Es la danza maravillosa de la vida que nos introduce en una película propia y en todo momento nos permite elegir con nuestro libre albedrío.

En la medida en que tenemos conciencia del ciclo en el que estamos, tendremos más claras nuestras posibilidades y también nuestras limitaciones, podremos aprovechar mejor las oportunidades en vez de perder tiempo esperando frutos que aún no llegan.

En la dimensión espiritual también avanzamos en ciclos, cada existencia es un ciclo, cada una deja un aprendizaje específico. En una vida aprendemos a dar en otra a recibir; en una a perdonar y en otra a buscar el perdón. No hace falta que recordemos las vidas anteriores, cada existencia nos muestra el legado que traemos y si estamos despiertos, podremos descubrir la asignatura pendiente, aquello que nos falta perfeccionar para alcanzar la verdadera evolución de nuestra alma.

El apego, el orgullo y el miedo nos impiden entender los ciclos y por lo tanto muchos cambios nos toman por sorpresa, cuando en realidad podemos anticiparlos para asumirlos en complacencia. 

Abrir los ojos y ver con humildad quiénes somos y en dónde estamos, nos permite anticipar los cambios en vez de oponer resistencia, lo que hace doloroso el proceso.

Entender que las cosas comienzan y terminan cuando debe ser y no cuando queremos, también nos alivia y nos permite danzar, sin importar qué música nos ofrezca la vida.

"Si la mañana no nos desvela nuevas alegrías, 
y si por la noche no nos queda ninguna esperanza, 
¿vale la pena vestirse y desnudarse?"
Johann Wolfgang Goethe



lunes, 4 de agosto de 2014

Restaurar el corazón

El corazón humano es un cristal que se puede romper cuando la vibración que lo rodea es negativa. Y esta vibración negativa no proviene de terceros, es nuestra propia vibración que se desconecta del amor divino que lo sostiene y se conecta con el miedo mundano que lo desequilibra.

La vibración negativa surge de sentimientos como rencor, odio, sed de venganza, resentimiento, descontento, desesperanza; es un destello de corriente que por estar dormidos permitimos que se quede dentro del corazón, causando más destrozos.

Restaurar el corazón puede ser un proceso rápido en la medida en que hacemos conciencia de que todo cuanto nos sucede se origina en los caminos que elegimos, en las decisiones que tomamos y en los tramos difíciles que el plan divino ha dispuesto para que aprendamos y perfeccionemos nuestra alma.

No siempre estamos fuertes para enfrentar los obstáculos ni las adversidades, especialmente cuando perdemos la noción de las estaciones de la vida, en las que a veces brilla el sol o nos invade un tremendo frío.

Restaurar el brillo y la transparencia del corazón es un proceso, exige que actuemos con humildad y dobleguemos la soberbia para perdonar a los demás y que tengamos mucha consideración para perdonarnos a nosotros mismos. 

Es posible recobrar la vibración del amor y transmutar esos sentimientos negativos instalados en el corazón, sólo se necesita voluntad.

"La gente se arregla todos los días el cabello. 
¿Por qué no el corazón?" 
Proverbio chino

Hoy en Dulcinea Despierta a las 4 pm hora de Buenos Aires
por www.holisticafm.com

hablaremos de restaurar el corazón con el
Terapeuta Cuántico Gustavo Ferrer
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