Dulcinea Despierta: 09/19/14

viernes, 19 de septiembre de 2014

El cerebro feliz: proyecto divulgativo de la Universidad de Navarra.

¿Hace cuánto que no te ríes de verdad?

Sonreír es una mueca, reírse es expresar alegría después de que nuestro cerebro procesa una información y la convierte en una emoción.

Reír proporciona salud de una manera inmediata; el efecto de un buen chiste es instantáneo, no importa cuánto sufrimiento tengamos acumulando, si podemos soltar una carcajada en medio de una desgracia es como soltar un poco de agua en un desierto.

Las mujeres disfrutamos mucho más del humor porque nuestro cerebro procesa de una manera distinta la información, somos más rápidas con el lenguaje, quizás por eso hablamos tanto y necesitamos contar las cosas con tanto detalle.

Dedícate a buscar chistes y humoristas que te suban el ánimo; rechaza las malas noticias y la información que habla de tragedias y sufrimiento.

Reír es una terapia válida y gratuita. !Comienza ya!

Te invito a ver el video "El cerebro feliz" http://youtu.be/faGnyGKqxYk

Di siempre la verdad

Decir mentiras se constituye en pequeños cortos circuitos entre nuestro cerebro y nuestro corazón; cuando negamos algo o distorsionamos alguna "verdad", forzamos al cerebro a darle una lectura distinta a un archivo, a ver una cosa y decir otra.

Y esa ruptura en la secuencia de información interna genera una fuga de energía que va hacia algún lado, hacia el órgano que representa la relación con aquello que negamos.

Por ejemplo, si decimos "No lo vi", pero sí vimos algo, más adelante será un ojo el que manifieste la distorsión, porque el cerebro graba todas nuestras palabras, las que pensamos y las que decimos.

Cuando alguien dice, por ejemplo: "No estaba con esa persona", al mismo tiempo su cerebro está repasando la imagen real y si no coincide no va a poder guardar el archivo; queda abierto hasta que haya coherencia.

Decir mentiras genera una liberación de energía que se queda dando vueltas en nuestros sistemas vitales y se convierte en enfermedades.

Decir la verdad genera energía pura y limpia que fluye sin tropiezos fuera de nuestro campo electromagnético; no es un tema moral sino científico, se relaciona con la energía humana, que apenas estamos comprendiendo.