La "Ciencia", que no es una sola, no ha podido establecer una definición exacta de lo que es el ser humano, sólo tenemos teorías, especulaciones, aproximaciones, como en la fábula del elefante, cada hormiga describe la parte sobre la que se posa.
Los que creen en la teoría de la evolución de Darwin siguen sin encontrar el eslabón que nos conecta con los simios y los que creen que el hombre fue creado del barro y la mujer de una costilla del hombre, siguen sin ver que hasta la fecha, los hombres siguen saliendo de adentro de las mujeres.
¿Y cómo podemos entonces decidir la forma de organizarnos, la educación, la alimentación, la espiritualidad y manera de cuidar la salud si no sabemos bien qué somos, de dónde venimos, para qué estamos aquí y a dónde vamos?
Hoy tenemos más datos pero menos conocimiento; sabemos que el cuerpo humano es una máquina biológica compuesta por agua en un 80% y que es conductora de electromagnetismo, es decir que irradiamos y a la vez captamos distintas energías expresadas en sonidos, imágenes y un cierto tipo de materia acuosa que nos rodea.
La Medicina y la Psicología comienzan a abrirse a lo holístico porque tampoco tienen todas las respuestas; aunque se sepa como funciona el cuerpo y la mente, hace falta una explicación que nos diga qué es y en dónde se aloja la conciencia.
Por lo pronto, somos parte de un universo, tenemos un corazón que siente y un alma que recuerda, tenemos naturaleza humana y divina, estamos de paso en esta Tierra y nada nos hace más felices que recibir amor.
"El mayor de todos
los misterios
es el humano"
Sócrates
470 - 399 aC
Filósofo griego
