¿Qué es el Coaching Holístico?

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martes, 4 de noviembre de 2014

El proceso de despertar

Despertar significa abrir los ojos, estar consciente, asumir la propia existencia. 

Al despertar, puede que haya un día muy soleado, en el que todo brilla para nosotros pero también puede haber un día gris; lo importante es ver el día como otra oportunidad para avanzar en el camino. 

Saber que se puede trazar la ruta que uno quiere, la que a uno le gusta, no aquella que se deja imponer o la que cree que le "toca" vivir. Si hay sol conviene no dejarse deslumbrar y si hay tormenta, lo mejor será abrir un paraguas. 

Ese famoso despertar puede ser un proceso complejo porque hay que vencer la pereza, igual que cuando tenemos que salir de la comodidad de la cama para cumplir con los deberes, con lluvia o con sol.

No obstante, la pereza es un buen indicador; si nos cuesta despertar, quizás en el fondo tenemos miedo de enfrentar nuestro potencial de cambio y también nos aterra descubrir que no sabemos a dónde ir, que no hemos trazado un plan o que nos quedamos con el plan que trazamos hace varios años en  el que nos perdimos caminando sin sentido o sin entusiasmo.

Cada cual tiene el privilegio de trazar su camino como le plazca, como le indique su corazón y puede cambiar de ruta las veces que quiera, tantas como necesite hasta sentirse pleno.

El entorno nos vende una idea equivocada de la vida, nos sume en la resignación y la culpa, en el miedo, y es de allí de donde debemos salir si queremos un verdadero despertar.

Es prioritario asomarse a la ventana y ver el mundo para entender que todo es ilusión, todo lo que tu mente crea y lo que tu corazón cree es lo que aceptas como realidad. Pero la realidad no es la misma para todos, existe para cada cual; cada cual fabrica su mundo, su realidad, cada quien elige con quien caminar y por dónde caminar. 

Afuera nadie es más feliz o menos feliz que tú, afuera cada cual está en algún momento de la vida, unos dormidos, otros despiertos y puedes estar tú, para elegir si sigues durmiendo o te despiertas a transformar tu realidad. 

Lo importante es despertar; no importa la edad, despertar y llenarse de la fuerza que viene del amor. Amor universal, amor propio, amor de quienes te han amado, amor de quienes te amarán. 

Despertar es un proceso personal, a unos los sacuden las tragedias y a otros la vanidad; quizás a unos les brilla la abundancia y a otros los ahoga la soledad. 

Son muchos y muy variados los despertadores que tiene Dios para sacudirnos, la clave es reconocer a tiempo la chicharra y saltar del sueño de la desesperanza para salir a recorrer el camino sin miedo, como venga, con lo que traiga cada día.

No hay una única ruta, no existe un único despertar, solo hay que estar atentos a los sentimientos y una vez aparezca el inconformismo o la frustración, entender que está sonando algún tipo de despertador y levantarse con fuerza y con fe.