2020, un año de transición.

 

¿Quién pudo permanecer indiferente al 2020?                        ¿A alguien no se le movió el piso?

Desde una visión holística, el 2020 es un año de transición, nos estamos desprendiendo de viejos modelos, estamos dando paso a nuevas formas de trabajar, estudiar y relacionarnos.

El distanciamiento social obligatorio nos llevó a reflexionar, a replantearnos el camino, el destino, el lugar, la compañía.

Para muchos fue un año doloroso, partieron sus seres queridos y a lo mejor no pudieron despedirlos. Nunca estaremos lo suficientemente preparados para despedir a un ser querido, y el universo es sabio, solo arrebatándonos los amores podemos desprendernos de ellos, con dolor aunque no necesariamente con sufrimiento. 

Como dijo Buda, "El dolor es inevitable, el sufrimiento opcional".

Otros perdieron empresas, negocios, quedaron en suspenso millones de sueños y hubo que cambiar de rumbo, de mapa y salir a improvisar.

Con dolor o sin dolor, fue un año de cambio que llegó para cuestionarnos a qué vinimos a este mundo.

¡Gracias 2020! tu energía nos movió a todos y ahora vamos a poder ver la vida con mayor conciencia, poniendo la mirada en lo verdaderamente importante.

Despertar de conciencia

De repente sientes que estuviste como dormida, siguiendo mandatos y creencias que te llevaron a esforzarte más de la cuenta, que sufriste en vano por un montón de cosas que no eran fundamentales y que al final del día, lo más importante es tu armonia interior, tu felicidad.

El despertar de conciencia no tiene que ver con la ecología, ni con el cambio climático, repetir mantras, hacer rituales raros o volverte vegetariana, todos esos son códigos de un despertar superficial y manipulado.

El verdadero despertar consiste en reconectarte con tu espíritu, con la esencia de tu alma y con la pureza de tu corazón.

El espíritu es tu energía que proviene de Dios y que se regenera o se apaga según sea tu postura ética frente a la vida; en el alma está toda la información que traes acumulada, tanto genética como emocional, la cual se hace evidente en tu forma externa, en tu cuerpo y tus talentos.

En cuanto a la pureza del corazón, el despertar consiste en permitirle que se exprese libremente, que asumas tus sentimientos y los aprendas a transformar para que no se acumule trsiteza, odio, rencor o resentimiento, que son válidos cuando las cosas no resultan como esperamos o permitimos que los demás nos lastimen.

¿Estás lista para despertar tu conciencia?

Aquí te acompañamos desde nuestro Coaching Holístico. 

Solicita tu primera consulta completamente gratis por whatsapp al + 54 9 11 3926 3882.  

Las consultas tiene una duración de 45 minutos, pueden ser virtuales por zoom o videollamada o presenciales en Córdoba, capital.

Estamos en Argentina.

"La conciencia es la presencia de Dios en el hombre".

Victor Hugo

 

 

un mundo de mujeres conscientes

Tu creas tu futuro

¿Estás esperando que termine la "emergencia sanitaria" para ver que haces con tu vida?

¿Vas a esperar a ver qué pasa?

En este tiempo de confinamiento y distanciamiento social, la vida nos está ofreciendo la maravillosa oportunidad de crear una nueva realidad.

Para lograrlo, debemos apartarnos de las malas noticias, "encerrarnos" en nuestro propio mundo y conectarnos con nuestra dimensión creativa en la que TODO ES POSIBLE.

¡Sí! En nuestra mente todo es posible, entonces sueña sin limitaciones. 

Si soñar no cuesta nada entonces sueña caro y construye en tu campo mental esas imágenes con las que te sientes feliz.

Y cuando aparezcan esos saboteadores internos a decir cosas como "Eso es muy difícil", "¡Qué ingenua soy!", "Se necesita mucho dinero", "Cómo voy a dejar mi vida anterior", apaga tu mente, no escuches tu doble pesimista, acállalo con imágenes sólidas de lo que quieres.  

Ten en cuenta que si no logras visualizar es porque a lo mejor "eso" que estás imaginando no te conviene, no te sirve o no está alineado con tu misión de vida.

Podemos visualizar lo que está en nuestro camino, lo que vinimos a lograr.

Acompañate de música alegre y optimista, flores naturales, permite que entre el aire a tu casa y manos a la obra, elige un buen rincón para que te puedas sentar tranquila, cerrar los ojos y "ver" todo lo que quieres para ti.

¿Qué entendemos por salud?

La palabra salud, proviene de la mitología romana, la diosa Salus era la encargada de traer bienestar. 

Su equivalente griega aunque al parecer más antigua, era la diosa Higea, hija de Esculapio y hermana de Panacea.

Foto tomada de www.theod.com

Higea da nombre a la Higiene, base de la salud para los griegos.

La salud es un estado de bienestar integral de todo ser vivo que le permite evolucionar armónicamente en sus ciclos naturales.

En el ser humano, la salud es la consecuencia de un estado de armonía y gozo interior que proviene de la coherencia y el equilibrio de sus dimensiones: biofísica, bioquímica, bioenergética, emocional, mental, social y espiritual. 

El ser humano es el más complejo de los seres vivientes porque además de órganos y sistemas vitales está dotado de CONCIENCIA, es decir, advierte su propia existencia y su capacidad creadora, algo que no se observa en otra especies.

La salud es la consecuencia de la felicidad; cuando no hay felicidad, se desordenan los tejidos causando caos y conflicto en nuestros sistemas y órganos vitales.

La salud humana está regida por leyes universales que rigen el comportamiento del agua y su interacción con ondas electromagnéticas.

El humano como ser consciente, puede hacerse cargo de su bienestar integral, de su felicidad y por lo tanto, vivir en salud. 

¿Qué sería una mujer consciente?

En este proyecto que hemos denominado Dulcinea Despierta, una mujer consciente es aquella que ha despertado o que está en proceso de despertar su espíritu, su alma, sus dones, sus talentos, y cree haber descubierto a qué vino a este mundo, cree saber cuál es su misión de vida, que no pasa por obtener un título, tener pareja o ser madre.

Una mujer consciente reconoce que existen otras realidades, un mundo sutil al que a veces accede en sueños, visiones o premoniciones y usa a pleno su intuición, sin prejuicios ni miedos. 

Ante todo, una mujer consciente reconoce la existencia de un poder superior que acompaña la travesía de la vida para que podamos cumplir con nuestro destino y que respeta el libre albedrío.

La conciencia es el verdadero ser que está detrás del personaje temporal y pasajero que tiene nombre, documento de identidad, domicilio y una cantidad de vínculos y relaciones que nos atan a este mundo y que nos distraen de conectarnos mucho más arriba.

¿Cómo saber si ya eres una mujer consciente?

El síntoma inconfundible es tu deseo de cambiar la realidad, de sentirte ajena y rara en este mundo gobernado por la malicia y el interés. Eso se consigue generalmente después de pasar por una o varias etapas de sufrimiento, el despertar suele ser doloroso porque nos exige soltar y salir de la zona de confort del personaje mundano para ir al reencuentro de nuestro ser divino.

Sigue tus señales, aquí te acompañamos a interpetarlas y a despertar plenamente tu conciencia.

"La conciencia es una voz interior que nos advierte que alguien puede estar mirando".

Henry-Louis Mencken

Libertad de conciencia

Algo que a las mujeres nos proporciona total felicidad es la sensación de libertad, no en vano es el principal argumento publicitario de los vendedores de toallas femeninas.

La idea de libertad es muy usada en la publicidad y para despertar los más variados impulsos de compra que nos inducen a adquirir un viaje, un auto o una propiedad, claro, endeudándonos, la mayoría de las veces. O sea que en nombre de nuestra libertad quedamos prisioneras de algún banco.

Varias son las trampas que el destino nos tiende en nombre de la libertad y lamentablemente la única manera de reconocerlas es cayendo en ellas...

No obstante, hay una libertad que nunca nos podrán coartar y es la LIBERTAD DE CONCIENCIA, que consiste en poder elegir en qué creer.

Y ya sabemos que creer es crear, entonces esta libertad de conciencia es fundamental para forjar nuestra felicidad, porque infinidad de veces a lo largo del camino, esa hermosa libertad de conciencia se ve amenazada por lo que cree nuestra pareja, nuestros amigos, parientes, el jefe y hasta el vecino...

Deseosas de ser aceptadas  social, laboral y familiarmente, entregamos nuestra libertad de conciencia para sumarnos a las creencias colectivas, así "encajamos" en eso que llamamos sociedad y terminamos creyendo en ficciones que por provenir de la mayoría, damos por ciertas. 

¿Y tú qué crees? ¿Te crees todo lo que dicen o escuchas lo que dice tu corazón?¿Te formas tu propia opinión luego de consultar varias fuentes? ¿Ejerces tu libertad de conciencia?

"Mi conciencia tiene para mi 

más peso que la opinión 

de todo el mundo".

Cicerón

Filósofo, político y escritor romano.

Somos más que un cuerpo

El cuerpo humano es un sofisticado organismo bioquímico que se alimenta de la energía electromagnética que proviene del sol y de la tierra.

El espíritu es aquella chispa o dosis de energía lumínica y calórica que activa constantemente los procesos bioquímicos y electromagnéticos que suceden dentro y a través de cada organismo vivo.

Nuestro cuerpo está formado en un 85% por agua salada, medio que almacena información y también es un receptor y emisor de energía.

La mente es la pantalla de nuestro sistema operativo desde la cual se activan e interconectan los programas internos, según lo que pensemos.

El cuerpo es la manifestación física del alma; todo lo que nos sucede en el cuerpo nos está mostrando aquello que nos está sucediendo en el alma.

El alma es el entramado electromagnético que conforma el cuerpo, una especie de duplicado energético que sostiene lo que consideramos materia.

El ser humano recibe, recicla y emite energía a través de sus sensaciones, percepciones, pensamientos y sentimientos.

Cada cuerpo humano genera un campo electromagnético a su alrededor, una especie de esfera en la que también se almacena información.

Los sentimientos son la energía más poderosa del ser humano que se expresa en luz y calor. 

Cuando experimentamos sentimientos bonitos, emitimos ondas de frecuencia estable que nos permiten interactuar armónicamente en el gran campo electromagnético de la vida, atrayendo seres de la misma frecuencia y vibración.

Cuando nuestros sentimientos son negativos disminuye nuestra energía lumínica y calórica; las ondas que emitimos son caóticas, distorsionadas, rompemos nuestra propia esfera de protección, haciendo grietas por las que se cuelan ondas de esa misma frecuencia negativa que entran a alterar los sistemas internos.

Cuando estamos felices, nuestra energía lumínica y calórica se proyecta fuerte a través de nuestra voz, nuestra mirada, nuestro rostro, el color de nuestra piel y ante todo, nuestro entusiasmo para vivir en cada momento la vida, venga como venga. 

Por el contrario, cada pensamiento negativo produce una grieta en nuestro campo electromagnético que el sistema interno trata de compensar por medio del agua, por lo tanto aumenta nuestra transpiración, nuestras lágrimas, nuestra orina. Las mucosas comienzan a funcionar al tope y se inflama nuestro sistema respiratorio porque debe procesar simultáneamente aire y agua. 

En fin, somos mucho más que un cuerpo con mente y espíritu. El ser humano no es un mono evolucionado, esa es una teoría que nunca se comprobó.

Tampoco somos seres racionales; somos seres emocionales acostumbrados a ocultar y negar nuestros sentimientos.

Si logramos comprender cómo funcionan e interactúan nuestros delicados sistemas bioquímicos y electromagnéticos con nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, vamos a poder cuidar nuestra salud.

Somos una creación divina, venimos con un propósito individual y colectivo a contribuir con la gran creación del universo. 

Eso que llamamos "conciencia" es nuestro hermoso ser, que se manifiesta en forma de humano cada vez que venimos a este mundo. 

La felicidad consiste en reconocer quiénes somos en el plano eterno, a qué hemos venido a esta existencia pasajera y cumplir nuestro propósito con alegría y AMOR.