La idea de libertad es muy usada en la publicidad y para despertar los más variados impulsos de compra que nos inducen a adquirir un viaje, un auto o una propiedad, claro, endeudándonos, la mayoría de las veces. O sea que en nombre de nuestra libertad quedamos prisioneras de algún banco.
Varias son las trampas que el destino nos tiende en nombre de la libertad y lamentablemente la única manera de reconocerlas es cayendo en ellas...
No obstante, hay una libertad que nunca nos podrán coartar y es la LIBERTAD DE CONCIENCIA, que consiste en poder elegir en qué creer.
Y ya sabemos que creer es crear, entonces esta libertad de conciencia es fundamental para forjar nuestra felicidad, porque infinidad de veces a lo largo del camino, esa hermosa libertad de conciencia se ve amenazada por lo que cree nuestra pareja, nuestros amigos, parientes, el jefe y hasta el vecino...
Deseosas de ser aceptadas social, laboral y familiarmente, entregamos nuestra libertad de conciencia para sumarnos a las creencias colectivas, así "encajamos" en eso que llamamos sociedad y terminamos creyendo en ficciones que por provenir de la mayoría, damos por ciertas.
¿Y tú qué crees? ¿Te crees todo lo que dicen o escuchas lo que dice tu corazón?¿Te formas tu propia opinión luego de consultar varias fuentes? ¿Ejerces tu libertad de conciencia?
"Mi conciencia tiene para mi
más peso que la opinión
de todo el mundo".
Cicerón
Filósofo, político y escritor romano.