¿Qué es el Coaching Holístico?

Informedades

  Si hacemos conciencia de que el cuerpo es la materialización del alma, vamos a poder interpretar cada síntoma como aquella alarma interna ...

domingo, 28 de junio de 2015

Cantos Armónicos David Levin



Vivir feliz es muy distinto de "Estar bien"; la felicidad es un estado de gozo interior que nos permite disfrutar de todo lo que nos sucede en la vida, lo que calificamos como bueno y como malo. Parafraseando a Buda, no podemos evitar el dolor pero si el sufrimiento. 

La propuesta es que revisemos la escala que hemos definido para nuestra vida y la vida de nuestros hijos, de nuestros amigos y familiares, cual es el estado de "bienestar" al que nos hemos acostumbrado y cual podríamos llegar a alcanzar si nos hacemos conscientes de la diferencia.

Estar tomando medicamentos, asistiendo a terapias y en general, andar con miedo e histeria, discutiendo constantemente, NO ES LO NORMAL. 

¿Acaso estamos confundiendo las metas materiales con los ideales? ¿Somos felices cuando podemos comprar lo último en tecnología, lo último en moda o lo último en maquillaje? ¿Nos sentimos bien por pagar las cuentas y que nadie nos moleste? Todas esas cosas si bien pueden darnos momentos de alegría, no representan la verdadera felicidad, la que perdura, la que se instala en el corazón y nos conecta con la grandeza del universo.

El bienestar es un nivel bajo de supervivencia; la felicidad es un alto estado de conciencia, de salud, de alegría, de disfrute, que en últimas nos mantiene vibrando en el amor incondicional.

La pregunta es: ¿Estás bien o eres feliz?


"La felicidad para mi consiste 
en gozar de buena salud, 
en dormir sin miedo 
y despertarme sin angustia".
Françoise Sagan
1935 - 2004
Escritora francesa



viernes, 12 de junio de 2015

¿Te sacrificas sin necesidad?

Las mujeres somos muy dadas a hacer lo que no nos están pidiendo, a opinar sin que nos pregunten y luego, en muchos casos, terminamos decepcionadas porque sentimos que los demás no nos retribuyen ni valoran nuestros "aportes"  o esfuerzos.

Históricamente la mujer ha estado marginada de muchos espacios y es probable que carguemos con un trauma colectivo, una necesidad de participación y reconocimiento que intentamos compensar con lo que tenemos a mano, las relaciones más cercanas.

Los hombres son muchísimo más prácticos, ellos atienden el incendio sólo cuando ven el fuego, nosotras actuamos "Por si acaso", y nos sacrificamos sin necesidad, haciendo más de lo que en realidad nos corresponde.

Por nuestra naturaleza protectora dedicamos mucho tiempo al bienestar de otros y a veces descuidamos el bienestar propio, pensando que de esa forma somos mejores mamás, mejores esposas, mejores trabajadoras, mejores amigas.

Hay que superar la sensación de estar siendo juzgada y también abandonar el rol de la mujer manipuladora, que da de más para que el otro siempre quede debiendo.

Vale la pena revisar por qué hacemos lo que hacemos y hasta dónde nos estamos sintiendo cómodas. A la primera señal de déficit hay que parar y pensar qué estamos haciendo mal, para corregirlo. La solución no está en los demás, los otros se benefician con nuestro sacrificio, lo toman cuando les conviene y lo ignoran cuando los asfixia.

Si queremos estar en equilibrio, hay que aprender a decir NO y a escuchar para saber lo que otros quieren no lo que nosotros creemos que necesitan.

"El sacrificio no está nunca 
en renunciar a lo que uno es. 
El verdadero sacrificio 
es seguir siendo 
lo que uno es"
Anibal Troilo
1914 - 1975
Compositor argentino