¿Qué es el Coaching Holístico?

Informedades

  Si hacemos conciencia de que el cuerpo es la materialización del alma, vamos a poder interpretar cada síntoma como aquella alarma interna ...

martes, 18 de julio de 2023

Sana el alma, sana el cuerpo.

 


La sanación consciente comienza por revisar lo que nos está doliendo en el alma, ese lugar donde seguardan o alma-cenan  nuestras emociones.

Cualquier alteración de salud indica que existe un corto circuito entre lo que sentimos y lo que podemos o no podemos hacer frente a determinada situación.  Los sentimientos más comunes son: impotencia, culpa, rencor, resentimiento y abatimiento o tristeza.  En realidad cada caso es particular, solo debemos realizar un examen de conciencia para encontrar la causa del conflicto interno en términos emocionales, no mentales ni físicos. 


Nuestra energía vital que proviene de las emociones, es un constante flujo que se ve interrumpido por situaciones de choque o conflicto; no estar de acuerdo con algo, no aceptar algo, no poder hacer nada frente a algo, detiene el ritmo de nuestra energía interna y comienza a acumularse en algún lugar del campo físico. La biodescodificación nos brinda una ruta fácil para encontrar la conexión entre un desorden físico y un desorden en el alma, allá donde está contenida la información de nuestras emociones, que no se almacena en la mente sino en la versión sutil de nuestro cuerpo. El propio cuerpo nos da indicios de dónde está el conflicto o por lo menos con qué se relaciona; si nos duelen o tenemos alguna afección en los pies, probablemente tenemos miedo o nos falta fuerza para avanzar, seguridad. 

Si el tema se localiza en el estómago, hay algo que no logramos literalmente “digerir”, es decir, aceptar. Y así podemos seguir con cada órgano, cada sistema y cada parte del cuerpo que está afectada, para ir a la función que cumple y asociarlo con aquello que no estamos pudiendo hacer. Si logramos trascender la visión materialista de la enfermedad y en vez de arreglar el hardware que sería el cuerpo, ponemos la mirada en el software, que sería el alma, vamos a poder identificar ese sentimiento profundo que nos está afectando y transformarlo. Si se ordena el alma, se ordena el cuerpo; si se sana el alma, se sana el cuerpo. Muchos tratamientos físicos fracasan precisamente porque las personas se quedan en el nivel físico y no se animan a ir al nivel profundo de su conciencia, su espíritu y su alma. 

También la enfermedad como tal se convierte en un mensaje para que los demás entiendan que no damos más y que necesitamos ayuda. En cualquier caso, de lo que se trata es de cambiar la ruta para afrontar los desórdenes físicos o por lo menos, al tiempo que vamos a una revisión netamente física llena de diagnósticos y cifras, hacer una revisión profunda de la situación del alma y descubrir qué es lo que nos duele para acudir a quien pueda darnos consuelo y esperanza o, si tenemos la fuerza suficiente, transformar el conflicto interno cualquiera que sea su origen su naturaleza y su gravedad. 

De todas maneras, la solución siempre está en nosotros mismos, en revisar, en aceptar y en cambiar nuestro enfoque, nuestra mirada. Miremos al alma para que se repare el cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario